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28 de diciembre de 2012

Piñón Fijo: “ me gusta el rumbo del gobierno de Cristina"

El payaso más mediático de la Argentina aseguró en una entrevista a Tiempo Argentino su apoyo al Gobierno de la Presidenta Cristina. A continuación, el reportaje completo:

El payaso Piñón Fijo está contento con el rumbo del gobierno de Cristina Kirchner. Fabían Gómez, el cordobés que llegó a la fama con el hit "Chu Chua", aseguró en una entrevista con el diario Tiempo Argentino que sin embargo que hay cosas perfectibles y que él siempre tuvo una actitud militante.

–¿Cómo te sentiste debutando?

–Fue un paso que no fue tan traumático. No me costó nada hacerlo, porque estuve rodeado de la misma gente que hago tele y los mismos monigotes con los que jugamos siempre, por lo que se hizo todo más fluido. Quizás ahora me cueste entender como es el montaje final, yo hice cosas sueltas hable con bichos inexistentes y ahora ver todo eso montado, me da como un vértigo. Fue una experiencia super agradable y espero que le guste al público. Cada paso que damos es una satisfacción y este no es la excepción.

Le tomará unos 40 minutos a Fabián Gómez convertirse en Piñón Fijo. Son 22 años de práctica. Bastante blanco por allá, un poco de rojo por allá, y negro para las líneas de expresión. Una vez dentro del traje de colorido bufón, el fantoche gana terreno, y el alter ego de Fabián es el que habla: un mimo pero con guitarra, que frasea vislumbres poéticos para estimular el imaginario infantojuvenil, un cantante callejero histrión todo terreno, que hizo sketch errabundos, teatro la gorra, televisión provincial más luego nacional, y que hoy, a los 47 años, estrena su primera película.

Piñón Fijo y la magia de la música es en 3D, con ribetes psicodélicos (interactúa con bichos gigantes de colores estridentes). Tiene todos los ingredientes "piñonfijistas" que necesarita y espera ser la película infantil del verano.

Ese rol del payaso triste, aquel mito de payaso que ríe por fuera y llora por dentro, "no es mi caso" dice el tipo con sonrisa propia tras el maquillaje. "Soy un tipo muy feliz haciendo esto, y si mirás a Piñón vas viendo como es el Fabián que está adentro" dice el payaso nacional y popular. "Vengo de abajo y cada logro lo valoro mucho. No es que nací en esta realidad ni tampoco me acostumbré. Nada que ver."

Humilde y predispuesto, al terminar la nota grabará un videito para el cumpleaños de la hija del fotógrafo. Con canciones y chistes, con saludos y sonrisas. Desmaquillarse le llevará 20 minutos más o menos.

–Cuándo salís sin make-up, ¿la gente te reconoce?

 

–No. Mientras no hable no. En Buenos Aires más, por la tonada, pero en Córdoba no tanto. Soy uno más del paisaje. Piñón habla como muchos.

–¿Cómo recordás la primera vez que hiciste tu personaje?

–Tuve varias primeras veces, pero la primera vez, así como oficio, fue de la mano de un compañero. Piñón Fijo era yo, y Guardabarro era él. Habíamos armado una historia, una rutina y nos fuimos al Paseo de los Artesanos de la ciudad de Córdoba, con mucha incertidumbre, mucha incógnita; nos caracterizamos y empezamos a hacer nuestras monerías y payasadas para acaparar la atención de los chicos. Pero hubo mucho nervio. En ese entonces tenía 24 años. Había sido lavacopas, plomero y alguna otra cosa, pero de artista fue mi destino.

–¿Cómo se te ocurrió salir?

–Tenía amigos que eran titiriteros callejeros; me generaba un interrogante de cómo era esa vida. Lo que pasa que veníamos de una época donde florecía la democracia. A mí me agarró en la secundaria, año '83, ponele, y la calle se empezó a llenar de artistas callejeros, mimos, y a mí ese chip me quedó instalado y cuando me animé a pegar el salto, toda esa información, salió.

Fabián Gómez nació en Dean Funes, a 120 kilómetros de Córdoba capital, al noroeste de la provincia. A los 13 años se fueron para Córdoba capital, su viejo ferroviario, y su mamá ama de casa bordaba a máquina como ninguna. Son tres hermanos, el mayor es médico nefrólogo, su hermana (la del medio), es médica naturista, "y yo que soy un enfermito (risas), que soy el más chico. Quizás salí payaso por eso, nunca lo analicé."

Nunca ha hecho terapia. Quizás porque sublima en su trabajo, actividad de índole catártico. "Mientras tenga música y una actividad física diaria que me permita poner la cabeza en blanco creo que voy bien. Tan mal no estoy. Creo. Ando copado jugando tenis, soy un verdadero payaso, pero es la única actividad que logra ponerme en un estado zen y sólo me concentro en pegarle a esa pelotita y me hace mucho bien. Me lleva mucho a mi niñez esa cuestión lúdica sin ningún objetivo."

–¿Qué rol cumple en vos la música?

–Es parte de mí. Me gusta un abanico bastante amplio de música: Spinetta, Charly, Fito, Baglietto. Escucho mucho folklore. Admiro a Silvio Rodríguez y a Rubén Blades. Mi instrumento fue la guitarra, siempre. Había una en casa y mis hermanos andaban ahí explorando y no me la prestaran; yo se las sacaban. Yo trasmití esa pasión a mis hijos, también. Y así fue que salté del amateurismo al profesionalismo. Estuve unos diez años animando cumpleaños haciendo festivales musicales en los shopping, pasando la gorra en los veranos, venía bien. Estaba contento con ese formato y me daba muchos resultados a todo nivel. Y un día conocí a un director de canal 12 de Córdoba, me escuchó cantar y me invitó a estar en el programa. Me dijo de hacer discos y teatro, todo a nivel Córdoba, y fue una explosión. Y cuando pasamos en 2002 a canal 13 esto explotó a nivel nacional. En 2003 hice 57 Gran Rex, después 19 Luna Park en el 2004 y una gira interminable por el interior. En ese mismo año desembarque en Uruguay. Durante el año 2005 trabajé con un ídolo: Carlitos Balá. Llegué de la televisión cubana, en Paraguay fuimos un boom, también en Bolivia, Ecuador, Colombia, y hicimos el teatro Nuevo Alcalá de Madrid a sala llena. Y todo ese éxito me costó. La música fue mi fiel compañera. En los buenos y malos momentos, que los tuve, claro, nunca dejé de hacer música.

–¿Cuáles son tus referentes en tu laburo?

–Me marcó mucho María Elena Walsh. El primer libro que me regalaron fue Tutú marambá. Disfruté mucho sus canciones, y como padre apelé a ella para entretener a mis hijos y como artista fui a beber de su fuente, siempre fue un norte. Por el lado del humor en tele, Carlitos Baláa y Pepe Biondi son insoslayables. A la hora de componer trato de divertirme yo, porque si no no podría contagiar ni podría ser convincente a la hora de compartir ese contenido. Si la canción nace de un hecho simple pero genuino, uno tiene chance de defenderla. Me di cuenta de que lo que me gustaba de ellos era eso, que eran transparentes.

–¿Hay algún aspecto desconocido de Piñón? ¿Es peronista? ¿Trosko? ¿Sos parte de un plan conspirativo para que los payasos dominen el planeta?

–(Risas) Estaría bueno eso. Somos una logia secreta de payasos infiltrados en las altas esferas del poder para generar el caos. Por eso es tragicómico el mundo. Fuera de joda, siempre tuve una actitud militante, desde joven, por lo social, de compromiso de no mirar para otro lado. Me involucro y hago todo lo que puedo. Políticamente tengo claro ciertas cosas. Me gusta el rumbo del gobierno de Cristina. Sí creo que hay cosas perfectibles pero no significa que estoy en la vereda de enfrente. Si hay escalas de grises, yo estoy ahí. Pero no es algo desconocido o secreto. Yo lo digo sin problemas.

 

–¿Y el futuro?

 

–Para el futuro me gustaría seguir en esta huella, haciendo discos y recorriendo el país. Cada canción es como un mensaje en una botella: uno la hace en el tiempo y en el espacio que vive, pero a donde y a quien llega, no se sabe. Eso a mí no deja de fascinarme. Si tengo que envejecer haciéndolo, sería un sueño hecho realidad. «"cada paso es una satisfacción y fue una experiencia

súper agradable que espero que le guste al público". La película. Piñon Fijo y la magia de la música se estrena hoy, 27 de diciembre. La película tiene 74 minutos y fue realizada en full HD con técnicas y cámara especiales. Ahí, el payaso más famoso de Argentina filmó sobre un fondo verde y en una escenografía hecha de maquetas.

La historia es así: Piñón Fijo se encuentra dando un show en el circo junto a su amigo El Cabrito. Al finalizar, dentro del camarín, Piñón descubre a Cri Cri, un grillo que le pide que lo ayude a salvar a sus amigos, los bichos cantores, del malvado Cuis y sus secuaces. Luego de un intercambio de opiniones, Piñón acepta y comienzan a vivir una aventura para lo cual debe hacerse chiquito.

Es una película donde Piñón convive con animales autóctonos construidos con animación 3D y decide ayudar a estos habitantes de un típico arroyito de las sierras cordobesas. Mientras en el mundo real su inseparable amigo Cabrito lo busca desesperadamente, Piñón se encariña con sus nuevos amigos: el grillo, la arañita y un grupo de bichos cantores. La clave para ganar: las canciones de siempre.

Nota: Diario El Tiempo Argentino



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