Viernes 19 de Abril de 2024

LA PROVINCIA

27 de septiembre de 2012

La provincia llegó a los 800 trasplantes de medula ósea para curar la leucemia

Los trasplantes de médula ósea son la única opción de vida para los pacientes cuando no funciona la quimioterapia. En la Provincia, el hospital Rossi llegó a los 600 trasplantes en adultos y el hospital de Niños a los 200.

El ministerio de Salud de la provincia de Buenos Aires alcanzó los 800 trasplantes de médula ósea en niños y adultos, realizados en los hospitales provinciales Sor María Ludovica y Rossi de La Plata. El gobernador Daniel Scioli y el ministro Alejandro Collia reconocieron a los profesionales de ambas Unidades de Trasplante y celebraron el logro en el Salón Dorado de la Gobernación.

Este tipo de trasplante consiste en reemplazar la médula ósea dañada por células madre de una médula sana. En la mayoría de los casos se realiza para curar leucemias. El hospital de Niños de La Plata es uno de los dos únicos centros públicos del país que realiza trasplantes pediátricos de médula ósea (el otro es el Garrahan). El primer trasplante pediátrico de médula ósea en este hospital público de la Provincia se realizó el 22 de septiembre de 1998. Exactamente 14 años después los trasplantes llegaron al número 200.

“Estamos celebrando la vida, la calidad de nuestros profesionales y el sistema de salud público de excelencia que tenemos en nuestra Provincia”, afirmó el gobernador Daniel Scioli en el acto de esta mañana. Allí estuvieron el ministro de Salud Alejandro Collia, los directivos de los hospitales Sor María Ludovica y Rossi, los profesionales de las Unidades de Trasplante junto con trasplantados y sus familiares.

En el hospital Rossi el primer trasplante de médula ósea a un adulto se realizó el 3 de junio de 1994 a un paciente con Linfoma de Hodgkin y hoy ya van 600 intervenciones realizadas.

La leucemia no es una enfermedad común pero representa el 50 por ciento de los cánceres en la infancia y se sabe que de 3 a 4 niños por cada 100.000 desarrollan alguna de las formas agudas de esta enfermedad. “No hace muchos años atrás los casos de leucemias infantiles que no lograban curarse con un tratamiento de quimioterapia eran derivados para trasplante en el exterior”, recordó el presidente del Cucaiba, Adrián Tarditti.

EN QUÉ CONSISTEN

El hospital Sor María Ludovica lleva realizados 113 trasplantes alogénicos (cuando las células de médula ósea donada provienen de un familiar u otra persona) y 92 autólogos (cuando el trasplante se realiza con células sanas del propio paciente).

Los trasplantes de médula ósea consisten en una transfusión de tejido hematopoyético, es decir de células progenitoras, las llamadas células madre que se encuentran en el cordón umbilical, en la sangre en general o en la médula ósea.

“Los números impresionan. Saber que 200 chicos y 600 adultos fueron trasplantados en un hospital público, con recursos y profesionales de la Provincia, nos llena de orgullo”, destacó el ministro de Salud de la provincia de Buenos Aires, Alejandro Collia. También aseveró que “tenemos que valorar y cuidar nuestra salud pública y decir que por un trasplante de médula ósea en un país como Estados Unidos se pagan cifras exorbitantes. Acá, en cambio, garantizar la salud de la población es un política de Estado”.


En el acto participaron algunos de los pacientes trasplantados en todos, como Sofía Menechella, quien superó una aplasia medular severa con un trasplante de médula ósea a los 15 años y hoy está por recibirse de trabajadora social en Bahía Blanca. El trasplante número 200 a un niño fue realizado a Mirko Fernández: un nene de 8 años, oriundo de Florencio Varela, que sufre el Síndrome Blackfan Diamond y recibió una donación de células hematopoyéticas proveniente de Israel. Actualmente, se recupera en forma favorable.

El equipo de trasplante del hospital de Niños está compuesto por la jefa del Servicio de Hematología y Hemoterapia, Alcira Fynn; la jefa de sala, Mónica Martínez; y la jefa de unidad de trasplantes, Sandra Formisano. En tanto que el equipo la jefa de la Unidad de Trasplante de Médula Ósea del hospital Rossi es Silvia Saba.


EL CASO DE SOFÍA

Sofía tiene 23 años y está por terminar la carrera de Trabajo Social en Bahía Blanca. Pero cuando tenía 15 y vivía en Villalonga su única preocupación eran los preparativos para los festejos del día de la primavera. Tan emocionada estaba que cuando empezó a ver demasiados moretones en su cuerpo no le dijo a su mamá. Temía que no la dejaran ir al campamento de la primavera.

En cambio se lo contó a una amiga: eran 23, grandes, chiquitos, de distintos colores y formas. Apenas pasaron unos días cuando un nuevo fenómeno en su cuerpo la asustó tanto que esta vez sí se lo mostró a su madre. Tenía las piernas repletas de puntitos rojos y fiebre. Era un viernes 16 de septiembre de 1994 y tres días después la adolescente estaba internada en el hospital provincial de Niños, en La Plata, con un diagnóstico definido y supo que la única solución posible para seguir viva era un trasplante de médula. La enfermedad que sufría se llama Aplasia Medular Severa y significa que la médula ósea deja de funcionar y de producir las células de la sangre.

La aplasia medular severa es una de las enfermedades consideradas no malignas que afectan a la médula ósea: desaparecen las células encargadas de la producción de la sangre y, como consecuencia, disminuyen los glóbulos rojos, los leucocitos (glóbulos blancos) y las plaquetas en la sangre periférica. En los casos agudos, como el de Sofía, es una enfermedad mortal si no se realiza un trasplante de médula ósea.

Sofía Menechella estuvo internada tres meses en La Plata. Como tiene cuatro hermanos todos se hicieron el análisis de compatibilidad para ser donantes y resultó ser que el más chico, en ese entonces de 8 años, era el hermano “histoidéntico”. El transplante se realizó el 2 de noviembre de 2004, luego de una fuerte quimioterapia para facilitar la aceptación del huésped nuevo por parte del cuerpo de Sofía.

Durante todo el tiempo que estuvo internada Sofía apenas podía ver a sus padres. La única vez que vio a uno de sus hermanos fue cuando el más chiquito se internó para realizar la donación de sus células, las que le salvaron la vida.

Tras los meses de internación, la familia volvió a Villalonga para las fiestas y Sofía siguió con los tratamientos y controles que deberá continuar durante toda su vida. Hoy aprovechó un control que tenía en la semana para quedarse y festejar junto al hospital los 200 trasplantes de médula ósea en niños
 



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