Viernes 29 de Marzo de 2024

12 de septiembre de 2012

La emisión de dinero supera el 40% anual y ya desborda lo previsto por el BCRA

La fuerte emisión de billetes que está llevando adelante el Banco Central no sólo logra superar a esta altura las previsiones del mercado sino, también, las que esbozó el propio organismo a principios de año.El tamaño de la expansión monetaria ya superó, según las últimas cifras oficiales, el 40% anual, y con eso alcanzó a perforar las previsiones que había hecho el propio Banco Central para este año en el programa monetario que, más tarde, eliminaría por completo al reformar su Carta Orgánica.(cronista.com)

El tamaño de la expansión monetaria ya superó, según las últimas cifras oficiales, el 40% anual, y con eso alcanzó a perforar las previsiones que había hecho el propio Banco Central para este año en el programa monetario que, más tarde, eliminaría por completo al reformar su Carta Orgánica.

En el mercado consideran que semejante nivel de emisión le pondrá indefectiblemente un piso al actual ritmo de inflación –que por estos días todos miden por encima del 24% anual– y que alimentará de algún modo la presión que hoy mismo se siente en el dólar paralelo (ayer cerró en $ 6,36).

“Estos crecimientos están entre los más elevados de los últimos años y por encima de lo que el Central preveía expandir. Hubo además mucha creación del sector público y por eso lo más probable es que también se supere el límite de financiación al sector público”, comentó el titular de AMF Economía, Andrés Méndez.

En el programa monetario que finalmente desestimó, Mercedes Marcó del Pont había trazado sus propios pronósticos sobre algunas variables económicas para este año: estimó un 4,5% de crecimiento en la actividad, una emisión del 26% interanual en el crecimiento de la base monetaria y una asistencia al Tesoro de $ 20.000 adicionales. Ninguna parece cercana en el escenario actual: el PBI avanza hoy próximo al 1% anual, la liquidez crece al 40,3% (dato del BCRA al último día de agosto) y el Tesoro ya lleva tomados, en ocho meses, $ 23.000 millones en adelantos transitorios.

“La expansión tiene que ver esta vez con el financiamiento al fisco. Y a esto se le suma la dificultad de que hoy el Banco Central casi no puede absorber dó lares por el drenaje que hubo en los bancos”, explicó la economista de Bein & Asociados, Marina Dal Poggetto.
La cantidad de nuevos billetes inyectados en la economía superó la mayor marca registrada para cada agosto en los últimos nueve años, a pesar de que estacionalmente el mes suele mostrar solamente el principio de un aumento en la liquidez del sistema. Eso indicaría que, hacia adelante, quedaría muy poco margen para que el Central pueda desacelerar –si lo quisiera– el ritmo de la expansión.
El mes de mayor demanda de pesos suele ser diciembre y ahora amenaza, por esta razón, con convertirse en una instancia clave para el organismo: “El riesgo llegará a fin de año, cuando haya que monetizar o financiar el desequilibrio del sector público”, completó Dal Poggetto.
Desde agosto del año pasado, el Central sumó $ 75.000 millones a la economía (un 56% más de lo previsto en su programa, que hoy ya no tiene que cumplir). De estos, $ 50.000 millones quedaron como billetes y monedas en poder del público. Esta última cifra preocupa hoy a algunos banqueros, según ellos mismos advierten, porque consideran que es lo que hará crecer la economía en negro en un contexto de controles cambiarios como el actual.
“Por la baja tasa de interés de los depósitos, la gente tiene como preferencia quedarse con el efectivo. Y con el dinero en la mano pueden irse al dólar del mercado informal o mantener los pesos. El resultado es que, con esto, cada vez hay más economía en negro”, consideró días atrás el gerente financiero de un banco privado. Eso suma razones para que el dólar blue tome vuelo y se ubique cercano de los $ 7 a fin de año.
“El 40% en la emisión es un dato para empezar a monitorear. La pregunta es, todavía, cuánto de esto va a la producción y cuánto a precios”, advirtió el director de Econviews, Miguel Kiguel. “De todos, la variable a observar para medir el impacto inflacionario no es el incremento de la base monetario sino el M2 privado (el dinero en poder del público y en cuentas bancarias a la vista)”, agregó.
 



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