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LOCALES

30 de junio de 2017

Día del Ingeniero Químico

En Argentina, el calendario tiene destinado al 1 de julio como el Día Nacional del Ingeniero Químico, ya que en 1920 se dictó la primera clase en la Facultad de Química Industrial y Agrícola (hoy Facultad de Ingeniería Química) de Santa Fe, perteneciente a la Universidad Nacional del Litoral.Desde la Facultad de Ingeniería de Olavarría recuerdan la fecha e incluyen la experiencia de la ingeniera Pamela Ramos

Todo lo material que existe puede ser explicado desde una perspectiva química. Incluso las emociones, que liberan distintas sustancias que pueden ser determinadas químicamente. Estamos rodeados por la química. Lo que comemos, con qué nos vestimos y nos comunicamos, dónde vivimos y por dónde transitamos, qué fabricamos y cómo nos deshacemos de lo que ya no sirve, en todo interviene la química.

 

Esa transformación permanente de materia y energía es el encanto de los ingenieros químicos. Todo lo que la ciencia descubrió y la tecnología pudo solucionar, es siempre el escalón anterior a nuevos desafíos químicos. Es la medida exacta entre curiosidad y conocimiento.

En Argentina, el calendario tiene destinado al 1 de julio como el Día Nacional del Ingeniero Químico, ya que en 1920 se dictó la primera clase en la Facultad de Química Industrial y Agrícola (hoy Facultad de Ingeniería Química) de Santa Fe, perteneciente a la Universidad Nacional del Litoral.

En este marco, la Facultad de Ingeniería de la UNICEN es uno de los centros de estudios más importantes de la provincia de Buenos Aires donde se forman ingenieros químicos. Una sólida formación académica y un compromiso con el ámbito socioproductivo es el signo de un perfil profesional, que está en permanente evolución.

 

Reflejo de una gran comunidad de químicos, Pamela Ramos es una de las profesionales que todos los días llega al laboratorio de la Facultad en busca de soluciones químicas a diversos procesos. En su caso, la desvela la problemática ambiental y por eso ya hace varios años que trabaja en el desarrollo de tecnologías que reduzcan determinadas contaminaciones.

 

Oriunda de Benito Juárez, además de Ingeniera Química es Ingeniera en Seguridad e Higiene, y actualmente es investigadora del CONICET. Ella percibió que desde los últimos años la Ingeniería Química está más atenta a las temáticas ambientales. Se incrementó la conciencia de la disciplina por encontrar soluciones a los problemas que afectan al planeta. “La propia sociedad está revisando sus prácticas para evitar que se agote el agua, para no contaminar, para separar residuos, y nos exigen soluciones”, relata. Esa conciencia presente pero con la expectativa en otro futuro, mejor y más sustentable, depende mucho del trabajo del ingeniero químico.

 

“En la carrera te das cuenta lo que pasa en el medio ambiente, y a medida que tomás conocimiento de las potencialidades de la química para encontrar soluciones, te genera un compromiso que excede lo profesional, explicó”. Además de la solución científica y técnica a los problemas, “es siempre un desafío saber cómo nos percibe la sociedad, cuánto impacta el resultado de nuestros estudios, poder transmitir la importancia de los nuevos desarrollos”, analizó.

 

Ningún desperdicio

Pamela, no sabe cómo ni por qué, se dedicó al excedente, a lo que sobra. Después de graduarse en Olavarría, en 2009 se fue a trabajar a la Comisión Nacional de Energía Atómica, en Buenos Aires. Su misión fue la de desarrollar un mejor tratamiento para los residuos radiactivos. Los métodos actuales, además de ineficientes son peligrosos, y ella encontró una forma de contener y reducir esos desperdicios.

Cuatro años mas tarde regresó a Olavarría y desde entonces trabaja en el tratamiento de efluentes reales. Actualmente está diseñando un reactor para el tratamiento de efluentes de la industria textil. “Para fabricar un jeans se necesitan 3600 litros de agua, que al final del proceso está contaminada y se vuelca al ambiente”, grafica; entonces desde la química es nuestra misión generar un proceso para evitar que esos efluentes contaminen el planeta. Y en eso estamos trabajando”.

“La Ingeniería química está en la calle, en tu casa, en todos lados”, resume Pamela. Desde la química podemos generar acciones para disminuir la pobreza, por ejemplo vinculado a los alimentos que se necesitan, hasta evitar contaminaciones en centrales de energía nuclear. Es amplísima la disciplina, y de una enorme responsabilidad, estoy convencida y es lo que siento”, reconoció.



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