Desde la madrugada de ayer, un grupo de choferes bloqueó los accesos de larga distancia en la Terminal de Ómnibus de la Ciudad, en 4 y 42, lo que provocó que reinara el desconcierto entre cientos de pasajeros con viajes programados. Sin saber desde dónde saldrían los micros, las corridas hasta las boleterías o las irrupciones de los choferes que a viva voz informaban destinos e improvisados punto de partida - la mayoría de las empresas salió de 1 y 42-, fue la caótica postal que se impuso en el primer día de las vacaciones de invierno.

La protesta fue realizada por un grupo de choferes de la empresa LASA, que reclama un permiso de las autoridades bonaerenses para operar el trayecto de Azul y Olavarría hacia nuestra ciudad, según puntualizaron las fuentes .

La manifestación, que comenzó a las 5 y se extendió unas 17 horas -se levantó la protesta a las 22-, visibilizó el descontento de esos choferes con la quema de neumáticos en los sectores destinados a la salida de las unidades de larga distancia.

DESCONCIERTO

En ese contexto, cientos de pasajeros que acudieron a 4 y 42 con pasajes hacia distintos puntos turísticos se toparon con la medida de fuerza y se vieron impedidos de abordar los colectivos.

El panorama generó incertidumbre en los usuarios, que ante la demora debían acercarse a las boleterías y oficinas en busca de respuestas precisas.

Por medio de un comunicado, LASA aseguró que el conflicto se inició tras un acuerdo con la empresa Río Paraná para operar en el recorrido Azul - La Plata, pero que quedó trunco a raíz de “presiones desde el sector del transporte”.

Para eso, la firma ya había realizado una fuerte inversión en infraestructura. “Cerca de 30 millones de pesos entre compra de unidades y logística”, indicó Juan Silenzi, titular de LASA,

Con el correr de las horas, el resto de las empresas organizó la partida de los ómnibus desde la zona de 1 y 42, donde se formó una improvisada terminal “paralela” de micros.