30 de junio de 2015
Continúan los trabajos de desratización en el arroyo Tapalqué
Las tareas de control de roedores se iniciaron en el mes de mayo, y se desarrollan en dos tramos del arroyo: desde Del Valle a Colón, y desde Del Valle hacia Avellaneda. Se extienden por un plazo de seis meses hasta la eliminación del roedor
El Gobierno Municipal, a través de la Dirección de Inspección Sanitaria y Bromatología, dependiente de la Secretaría de Prevención y Atención Sanitaria, recuerda que continúan los trabajos de control de roedores en el arroyo Tapalqué.
El área a tratar es a nivel de barrancas, en ambos márgenes, y se divide en dos tramos, desde el puente de Av. Del Valle al puente Av. Colón, y desde el puente de Av. Del Valle al puente de Av. Avellaneda.
Según explica el Director de Inspección Sanitaria y Bromatología, Federico Larroudé, la metodología utilizada es a través de cebaderos comerciales o de construcción casera. “Están realizados de caño estructural de 4 pulgadas de 150 mm ancho x 60mm alto x 50 cm de largo o caño PVC reforzado de 2.5 a 4 pulgadas (máximo). Tienen un soporte interno para contener el cebo y colocado el mismo equidistante de los extremos para que no pueda acceder otro animal que no sea el roedor. Asimismo están fijados al terreno mediante jabalina o tirafondo, para evitar el posible traslado de los cebos hacia otros sitios por parte de personas o animales”, indicó.
Los cebaderos son de color oscuro para disminuir su visibilidad y están identificados con etiquetas resistentes a la intemperie, que contiene los siguientes datos: peligro, veneno o toxico, en letras rojas, producto utilizado, y empresa responsable, con nombre del titular.
En cuanto a los productos utilizados, “se trata de preparados comerciales en base a anticoagulantes orales de Tercera Generación, con toxicidad diferencial (alta en roedores y baja en otros mamíferos y hombre), aprobados por la Secretaría de Salud Pública de la Nación”, señaló el titular del Área.
Los cebaderos están distribuidos en las barrancas del arroyo, a una distancia no mayor a 10 metros entre sí, en ambos márgenes. Varía la cantidad de acuerdo a la actividad de los roedores. La frecuencia del monitoreo es semanal. El trabajo se extiende por un período de 6 meses.