Jueves 28 de Marzo de 2024

30 de junio de 2015

Continúan los trabajos de desratización en el arroyo Tapalqué

Las tareas de control de roedores se iniciaron en el mes de mayo, y se desarrollan en dos tramos del arroyo: desde Del Valle a Colón, y desde Del Valle hacia Avellaneda. Se extienden por un plazo de seis meses hasta la eliminación del roedor

El Gobierno Municipal, a través de la Dirección de Inspección Sanitaria y Bromatología, dependiente de la Secretaría de Prevención y Atención Sanitaria, recuerda que continúan los trabajos de control de roedores en el arroyo Tapalqué.

El área a tratar es a nivel de barrancas, en ambos márgenes, y se divide en dos tramos, desde el puente de Av. Del Valle al puente Av. Colón, y desde el puente de Av. Del Valle al puente de Av. Avellaneda.

Según explica el Director de Inspección Sanitaria y Bromatología, Federico Larroudé, la metodología utilizada es a través de cebaderos comerciales o de construcción casera. “Están realizados de caño estructural de 4 pulgadas de 150 mm ancho x 60mm alto x 50 cm de largo o caño PVC reforzado de 2.5 a 4 pulgadas (máximo). Tienen un soporte interno para contener el cebo y colocado el mismo equidistante de los extremos para que no pueda acceder otro animal que no sea el roedor. Asimismo están fijados al terreno mediante jabalina o tirafondo, para evitar el posible traslado de los cebos hacia otros sitios por parte de personas o animales”, indicó.

Los cebaderos son de color oscuro para disminuir su visibilidad  y están identificados con etiquetas resistentes a la intemperie, que contiene los siguientes datos: peligro, veneno o toxico, en letras rojas, producto utilizado, y empresa responsable, con nombre del titular.

En cuanto a los productos utilizados, “se trata de preparados comerciales en base a anticoagulantes orales de Tercera Generación, con toxicidad diferencial (alta en roedores y baja en otros mamíferos y hombre), aprobados por la Secretaría de Salud Pública de la Nación”, señaló el titular del Área.

Los cebaderos están distribuidos en las barrancas del arroyo, a una distancia no mayor a 10 metros entre sí, en ambos márgenes. Varía la cantidad de acuerdo a la actividad de los roedores. La frecuencia del monitoreo es semanal. El trabajo se extiende por un período de 6 meses.



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