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5 de abril de 2014

En los últimos cuatro años, argentina redujo en un 90 por ciento los casos de dengue

Las enfermedades transmitidas por insectos son la principal preocupación de la Organización Mundial de la Salud debido a su alto impacto en la población. El año pasado, en el país hubo 2.718 casos de dengue frente a los 26.923 registrados durante la epidemia de 2009, que dejó 5 muertos.

 En los últimos cuatro años, los esfuerzos del Gobierno Nacional permitieron que Argentina redujera en un 90 por ciento los casos de dengue, una de las enfermedades transmitidas por insectos cuyo impacto en términos de morbilidad y mortalidad es el tema central elegido por la Organización Panamericana de la Salud y la Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS) con motivo del Día Mundial de la Salud que se celebra este lunes.

 En América, 35 países que concentran casi toda la población del continente conviven con el mosquito Aedes Aegypti, el transmisor del dengue. Y durante las últimas décadas, América Latina se convirtió en la región con las cifras anuales reportadas más altas en el mundo, advirtieron la OPS y la OMS. Además, remarcaron que fenómenos como el cambio climático, de migración, el aumento del tráfico aéreo y terrestre o la expansión urbana descontrolada también pueden incidir en la expansión de las enfermedades transmitidas por insectos.

 Durante 2013,  en Argentina hubo 2.718 casos de dengue, ninguno mortal, frente a los 26.923 registrados durante la epidemia de 2009, que causó cinco muertos. “El año pasado había habido una epidemia  de grandes proporciones en el Cono Sur,  con más de 250.000 casos y nuestro país reportó esa pequeña cantidad  relativa de personas afectadas”, destacó el ministro de Salud de la Nación, Juan Manzur.

 Argentina también logró un ejemplar desempeño en la lucha contra el Mal de Chagas, otra de las enfermedades transmitidas por insectos, en este caso la vinchuca, que son motivo de preocupación de las organizaciones sanitarias internacionales. En este sentido, las estadísticas oficiales muestran que el año pasado se registraron dos nuevos casos de Chagas frente a los 18 detectados a lo largo de 2003.

 En América, las vinchucas ocasionan unos 28.000 casos nuevos de Mal de Chagas por año, subrayaron las organizaciones sanitarias internacionales al instar a los países a que adopten una serie de medidas que ayudan a prevenir las enfermedades transmitidas por insectos.

 Desde principios de año hasta la primera semana de abril se llevan registrados 27 casos confirmados de dengue “cuando el promedio anual oscila entre 200 y 250, salvo cuando hubo epidemia, como la  que se disparó en 2013 en países limítrofes sin la Argentina”, comentó Héctor Coto, director de Enfermedades Transmisibles por Vectores del Ministerio de Salud de la Nación.

 “Cuando se detecta a una persona sospechosa de haber contraído el dengue,  de inmediato se pone en marcha lo que se llama bloqueo de foco y que consiste en erradicar los mosquitos en un radio de nueve manzanas de donde se encuentra el paciente, de modo de prevenir que haya una propagación de la enfermedad”, explicó.

 Por otra parte, Coto señaló que “hay plena disponibilidad” de Benznidazol,  el principal medicamento para el tratamiento del Chagas, cuya producción nacional se inició en 2012 gracias al aporte del Estado Nacional y que convirtió a Argentina en uno de los pocos países que lo produce con los estándares de calidad exigidos.

 “La curación no está asegurada para los adultos, pero sí en los menores de 15 años con un control adecuado y un tratamiento oportuno: por eso es muy importante el diagnóstico temprano y que se hagan los tratamientos”, apuntó.

 Destacó también que la estrategia de prevención de enfermedades transmitidas por vectores incluye un protocolo de seguimiento y vigilancia ante la aparición en Centroamérica del virus Chikungunya, que también transmite el mosquito Aedes Aegypti  y causa una enfermedad parecida al dengue.

Avances en el Instituto Nacional de Medicina Tropical (INMeT)

En otro orden, Manzur destacó el rol del Instituto Nacional de Medicina Tropical (INMeT), dependiente de la cartera sanitaria nacional y ubicado en Puerto Iguazú, que a tres años de su creación por parte de la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner, ya trabaja en catorce líneas de investigación de interés sanitario, generando a partir de su actividad una promoción activa y una acción concreta de integración regional.

Mientras avanza a muy buen ritmo la obra para su emplazamiento definitivo, el INMeT funciona provisoriamente en la sede del Centro Integrador Comunitario de Puerto Iguazú, “realizando y promoviendo investigaciones científicas en terreno que contribuyen al desarrollo de planes y acciones de prevención, diagnóstico, tratamiento y control de las enfermedades tropicales”, indicó el ministro.

Asimismo, Manzur puso de relieve el desempeño del instituto en “la capacitación de recursos humanos de instituciones y organismos sanitarios de la región sobre prevención, control, diagnóstico y tratamiento; la evaluación de programas, sistemas, procesos, transferencia y escalado de las investigaciones operacionales y la difusión de conocimiento en sus áreas de competencia”. Su traslado hacia  la sede definitiva del organismo en un predio más amplio está previsto para el año próximo, lo que permitirá afianzar y ampliar sus actividades nacionales e internacionales.

En relación a los proyectos de investigación y capacitación que se llevan a cabo en el INMeT, su director, Daniel Salomón, relató que “se abordan temáticas variadas desde una perspectiva supradisciplinaria que tiende a la promoción de la equidad en salud”.

Entre las líneas que mencionó se destacan los “estudios de desarrollo y validación en terreno de nuevas herramientas moleculares y estrategias de diagnóstico, vigilancia, y control para dengue, leishmaniasis y Chagas, investigación en enteroparasitosis, proteómica de venenos animales y accidentes ofídicos, moluscos de interés sanitario, zoonosis e interacción de animales silvestres-domésticos, zoonosis transmitidas por garrapatas, antropología médica, impacto ambiental y criterios e indicadores de estado de salud”.



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