Martes 23 de Abril de 2024

LA PROVINCIA

18 de noviembre de 2013

Reunión con los obispos en Gobernación por el tema adicciones

Desde la provincia informan que de los 192 servicios públicos bonaerenses para pacientes adictos, 48 se montaron en parroquias, clubes y centros de salud. Así, se busca facilitar el acceso al tratamiento. La mayoría inicia el tratamiento por las consecuencias del consumo de cocaína.

 En el primer semestre de este año el ministerio de Salud de la Provincia asistió 16 mil consultas por adicciones. Alrededor de la mitad fuera de establecimientos de salud: en clubes barriales, parroquias y centros de fomento, que constituyen los nuevos dispositivos de atención en los barrios para facilitar el acceso al tratamiento.

 

 Es que en los últimos cinco años, el gobierno provincial decidió ampliar su estrategia: ya no sólo esperar en un consultorio a quienes tienen problemas por abuso de drogas, sino también salir a buscarlos en los barrios donde viven y están sus familiares y amigos.

 

“Entendimos que había que salir, acercarse, facilitar el acceso, porque de lo contrario muchos llegan recién cuando ya tienen consecuencias en la Salud, o cuando ya han perdido los vínculos que los integraban a la comunidad: familia, estudio y trabajo”, explicó el ministro de Salud de la Provincia, Alejandro Collia a los obispos, durante la reunión a la que convocó el gobernador, Daniel Scioli, en la Casa de Gobierno.

 

 Collia dijo que con esta idea de “territorializar” las estrategias de asistencia a las adicciones, de los 192 servicios públicos que hay en la provincia para estos pacientes, 48 se montaron en clubes, parroquias, centros de salud, hospitales, en la Universidad Nacional de La Plata y hasta en lugares de trabajo como Ferrobaires, la Agencia de Recaudación de la Provincia (ARBA) y el Ferrocarril Roca.

 

 

 

 “La experiencia de una persona que atravesó una adicción y la superó sigue siendo clave para ayudar a quienes consultan. No basta con el equipo de salud para tratar un problema tan complejo como las adicciones”, agregó el subsecretario de Adicciones, Carlos Sanguinetti. 

 

 Por eso, explicó, el equipo de la Provincia capacitó gente que atravesó una adicción y la superó, para que intervenga y coordine grupos de autoayuda. Son los llamados operadores Gaba, que forman o formaron parte de los 84 grupos de autoayuda que se crearon en la provincia y de los que ya participaron 2.420 pacientes.

 

Muchos de estos grupos funcionan en Iglesias que abren sus puertas para hacer el trabajo terapéutico. Tal es el caso de las parroquias Santa Teresa Del Niño Jesús de Virreyes, Nuestra Señora del Camino de Boulogne, Juan Bautista de Tigre, San Cayetano de Banfield y Comunidad del Buen Samaritano de Villa Palito, La Matanza, entre otras.

 

Para facilitar aún más el acceso a la atención, la Provincia mantiene una línea telefónica gratuita, el 0800 222 5462,  que atiende las 24 horas para dar orientación a familiares, allegados y a las personas con problemas por el abuso de sustancias. En el último año los operadores recibieron unas 7 mil consultas.

 

  “La idea es salir a la calle, al barrio y mejorar el acceso; que las personas sepan dónde buscar ayuda y pedir orientación”, remarcó Collia. Y agregó que, además, el ministerio de Salud provincial cuenta con 192 CPA (Centros de Prevención y Atención a las Adicciones) y siete comunidades terapéuticas con 196 camas de internación para casos severos.

 

POR QUE CONSULTAN

 

 En una encuesta a cargo de la Subsecretaría de Adicciones, el 43 por ciento de los 16 mil pacientes, que consultaron en el primer semestre de este año, nombró a la marihuana como sustancia de inicio de la adicción.

 

Sin embargo, cuando se les preguntó qué sustancia lo llevó a querer iniciar un tratamiento, el mayor porcentaje (un 30%) nombró a la cocaína, en segundo lugar apareció el alcohol (25.9%) seguido muy de cerca por la marihuana (24.6%). El paco, en cambio, sólo fue mencionado en el 0,4 por ciento de los casos.

 

Un aspecto del problema que preocupa a las autoridades sanitarias es que seis de cada diez consultantes evidenció “policonsumo”, es decir que consume más de una droga, por lo general una sustancia principal y una secundaria, por ejemplo, alcohol y cocaína o mayormente cocaína secundada, en ocasiones, por marihuana.



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