La Cámara Argentina de Supermercados (CAS) y la Federación Argentina de Supermercados y Autoservicios (FASA), que agrupa a los establecimientos del interior, iniciaron la distribución de los formularios de adhesión a la tarjeta Supercard.

Las solicitudes, que en un principio serán 100 mil de prueba, llegarán los próximos días a hipermercados, supermercados, autoservicios, cadenas regionales, cooperativas de consumo, cámaras y asociaciones supermercadistas, y agrupaciones de compras, de todo el país, todos integrantes de la red comercial que se identifican como SuperArgentinos.

El nuevo sistema se originó a partir de un acuerdo entre el Gobierno y las cámaras supermercadistas para regular los aumentos en los precios, a cambio de reducir los costos financieros del sector comercial.

"La Supercard es muy positiva para nuestros socios porque les permite trabajar con costos de operación más bajos que los de otras alternativas del mercado", destacaron las dos cámaras supermercadistas.

"Los consumidores también se verán beneficiados porque si financian sus compras abonarán las tasas de interés más bajas del mercado (22% anual) y además podrán acceder a promociones, descuentos y atractivas propuestas pensadas exclusivamente para los usuarios de la SuperCard".

Las dos entidades representan a más de 10 mil locales comerciales de todo el país y emplean a más de 130 mil personas en forma directa.

El acuerdo para la distribución de la SuperCard fue firmado por el Gobierno con la Asociación de Supermercados Unidos (ASU) y luego se adhirieron las otras dos cámaras y la que incluye a los autoservicios chinos.

También existen convenios con casas de electrodomésticos, estaciones de servicios y cadenas de comidas rápidas y de venta de fármacos.

Para obtenerla, el interesado debe presentar DNI o documento que acredite su identidad, la factura de un servicio a su nombre y recibos de sueldo para comprobar los ingresos.

Se podrán realizar compras de hasta 3000 pesos y contará con una tasa del 1 por ciento, inferior al 3 que las tarjetas tradicionales cobran a los supermercados

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