Jueves 28 de Marzo de 2024

LOCALES

24 de mayo de 2013

Con apoyo estatal y de empresas, más de 60 jóvenes fabrican sobres y bolsas de papel en Talleres Protegidos

La institución ya clásica en Olavarría surgió en 1984 por la inquietud de un grupo de padres que vieron que sus hijos, con distintas discapacidades, egresaban de la escuela laboral y no tenían lugar donde integrarse.

 

Así lo recuerda Rosita Muia, directora de Talleres, en diálogo con “Olavarría en comunidad”, también rememora que funcionaron en distintos espacios en la ciudad hasta que en 1992 pudieron instalarse en la casa actual sobre calle Lavalle, merced al comodato que les posibilitó el municipio.

 

Directora desde 1995, Muia indica que al principio el taller se ocupó de brindarles una salida laboral a los jóvenes discapacitados, pero luego, con el tiempo, comenzaron a sumar talleres y experiencias para  promover la integración a la comunidad.

 

Muchos de los que asisten sufren retardo mental moderado y severo y por las características de las actividades no  pueden incorporar chicos con problemas de conducta.

 

Fabrican sobres de papel y bolsas que venden a comercios y entidades de la ciudad y cuentan con la colaboración permanente de la empresa FABI y Cooperativa Bolsas Olavarría que les dona papel misionero e industrial todos los meses.

 

Todos los talleres de los que participan forman parte de la oferta del municipio y de esa manera pueden integrarse a las distintas propuestas: telar y trabajo en totora, además de talleres recreativos de teatro, música, danza, escultura y plástica.

 

Es especialmente destacable el proyecto que llevan adelante en la Sociedad de Fomento Mariano Moreno, por el cua organizan bailes a los que asisten todas las escuelas especiales y se genera un ámbito de integración con otras personas de la comunidad y familias que deseen divertirse.

 

Consultada sobre lo que resta hacer en materia de discapacidad, Muia señala que la deuda mayor es en el plano laboral, ya que si bien la ley indica que el 4 por ciento del personal empleado en el sector privado y público debe ser con alguna discapacidad, en el plano de los hechos no se cumple.

 

El aspecto financiero también ocupa tiempo de las instituciones y en este caso, reciben subsidios de la provincia a través del llamado peculio que cobran los operarios, que suman 750 cada dos meses, además de las becas que son 250 pesos por cada uno de los 66 que asisten en la actualidad.

 

En total la ayuda de la provincia asciende a poco menos de 15 mil pesos, y a eso suman el aporte permanente de la municipalidad a través de subsidio y mercadería para preparar el desayuno y el almuerzo de los que asisten a  Talleres Protegidos. 



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