Andrea Cruz, la mamá de Jonathan Stramessi, a poco más de dos meses de la muerte de su hijo, el joven de 17 años cuyo cuerpo fue hallado en el arroyo Tapalqué tras una intensa búsqueda que conmovió a la Ciudad y al país, dio a conocer una carta donde expresó su dolor sobre lo ocurrido y cuestionó los escasos avances en la investigación judicial.

En su carta dice: “el dolor, la impotencia y la indignación son profundos, demasiado dolor… Mi hijo tenía proyectos, sueños, ilusiones, solo hacía un mes que trabajaba, estaba feliz porque le iba bien, estudiaba.”

Y agrega “todo quedó destruido esa noche. Mi hijo era responsable, alegre, nunca estaba de mal humor, era compañero, colaborador y generoso en casa, excelente hijo, hermano, sobrino nieto y amigo...”

“No hay palabras para explicar tanto dolor, la impotencia de no poder ni siquiera verlo por última vez para despedirme. Qué difícil encontrar consuelo.”

“Ver sólo el cajón cerrado, la imagen de sus hermana / hermanos su abuela la cual amaba con la vida golpeando el ataúd sin poder verlo, fueron imágenes desgarradoras que difícilmente podamos olvidar. Los amigos desconsolados abrazando el ataúd…”

“¿Quién se hace cargo de todo el daño que nos causó esta tragedia? Mi hijo tenía 17 años, el personal de seguridad del local bailable lo dejó a la deriva sin ningún amparo, así como lo dejaron a él ahora es como se siente mi familia sin ningún amparo y ninguna novedad en la causa sin “fiscal”. Por que saca parte de enferma y no se hace cargo de la causa que según su estudio le corresponde resolver. Nuestro intendente se lleno la boca hablando en los medios nacionales diciendo que el boliche no es grato para hacer bailes.. Ahora es donde me pregunto ¿Dónde están las palabras de nuestro intendente?.”

“Nosotros no buscamos más que real justicia. Somos una familia de profunda fe cristiana, creemos en la vida eterna y en la Justicia Divina. Buscamos el consuelo y la respuesta en Dios, pero también esperamos respuesta en la justicia humana.”

“Más allá de lo que se debate que mi hijo era menor y salió al boliche, llamo a la reflexión. ¿Está bien que ya no haya noción de castigo por las “travesuras” que se mandan los adolescentes y que destrozan la vida de los demás? ¿Qué les estamos enseñando a nuestros niños y adolescentes sobre el valor de la vida? ¿Sobre la responsabilidad y el respeto? ¿Qué ejemplo les estamos dando?”

“Sabemos que los adolescentes están en formación, que necesitan contención y educación y que si estas condiciones están dadas por el mundo adulto (desde padres, parientes, educadores, vecinos y opinión pública en general), tragedias como esta por la cual hoy atravesamos no deberían haber ocurrido, ni ocurrir nunca jamás...”

“Ojalá la muerte de mi hijo sirva para que, como sociedad, hagamos una verdadera toma de conciencia, acerca del inconmensurable valor de LA VIDA DE LA PERSONA HUMANA, que no es una trivial razón para que un noticiero o programa sea más visto, o para abrir absurdos debates, y que la sociedad tenga sobre qué hablar durante algunos días hasta que una nueva “travesura” tape circunstancias y nombres y todo quede en el olvido, junto con la dignidad humana que parecería estar en vía de extinción...

“Ojalá los adultos nos hagamos más presentes en la vida de niños y jóvenes en formación, que los padres, sobre todo, cumplan sus respectivos roles de formadores de conciencias sobre las bases del respeto humano, de la responsabilidad civil, de la valoración de la vida como primer lugar.”

“Y a quienes tengan en su poder la función de administrar justicia sean consientes de que este caso en particular será dolorosamente ejemplificador y de que a través de todas sus decisiones, a partir de lo ocurrido, también estarán educando (o deformando) a las generaciones actuales y venideras.”

“Que Dios los guíe al estudiar qué decisión tomar ante este homicidio por qué es lo que mi corazón me dice que es eso, porque mi hijo sabía nadar por cierto en su búsqueda nadie me lo preguntó.”

“Apelamos a la conciencia de los funcionarios, de los periodistas, de la sociedad que se hagan eco y que Jonathan (mi Jona), “no caiga en el olvido”.

Su Madre.